domingo, 19 de enero de 2014


  

GAMONAL

En Gamonal las calles han estallado, por fin. La gente, harta de mamoneos, corrupción, despilfarro, paro, precariedad y un futuro inexistente, ha salido a la calle a decir: BASTA YA.

El detonante ha sido un bulevar, pero podría haber sido un museo, un paseo, un aparcamiento o incluso un aeropuerto. Este país se ha llenado de mamotretos que ahora nos escupen a la cara para qué han sido construidos: enriquecer aún más a unos pocos y empobrecer, más todavía, a la inmensa mayoría. Esa mayoría que les gustaría que fuera silenciosa. Pero todo tiene un límite, y cuando el subsidio no da para más, te cortan la luz y tienes que comer con un pollo durante varios días, no te queda otra que salir a la calle. Y cuando, como en Gamonal, la gente sale a la calle es porque ha descubierto que hay otra democracia. Una democracia que no caduca al segundo día de cada cuatro años. Una democracia que no es utilizada para aplastar a los débiles. Ni para recortar servicios sociales y libertades individuales y colectivas. Porque cuando meten la tijera lo primero que hacen es llevarse por delante tu libertad para dejar en su sitio el miedo a perder más. Son lentejas, nos dicen. Y si tienes la suerte de encontrar un curro ya sabes lo que toca. A tragar. Así es como quieren seguir esos empresarios de éxito y esos mandamases que tan buenas migas hacen con sus amigos los políticos. Tal para cual. Hasta que las calles explotan (metafóricamente), y en un barrio de una ciudad conservadora de Castilla la gente se une para defender lo que creen justo. Eso es democracia, también. Aunque provenga de la calle, de la puerta de casa. Y es una democracia mucho más sana, porque puedes ver la cara de tu vecino, la pancarta del tendero donde compras el pan. Y eso hace que la gente se sienta mejor. Porque nos habían arrebatado la dignidad y el orgullo y gracias a Gamonal lo vamos a recuperar. Eso es lo primero para salir de esto. Empezar a sentirnos un poco más fuertes, mejor, más unidos. Más libres para decir lo que pensamos: que a partir de ahora ya sabemos, con total seguridad, donde se encuentra la verdadera democracia. El poder del pueblo. El poder de decidir cómo quiere edificar sus barrios, de qué manera quiere transitar por sus “bulevares”, quienes van a ser sus “políticos” y que es lo que van a leer en la prensa. Basta ya de manipulaciones,  porque estamos hartos ya de que nos impongan su sistema de pérdidas y ganancias, de que nos arrinconen en casa, a oscuras, lamiéndonos nuestros miedos. La gente de Gamonal ha vencido ese miedo. Por eso hoy pueden pasear, libres, por las calles de su barrio. Y nosotros también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario