DE CORRUPTOS Y ADN
En un mismo día salen a la luz dos descubrimientos que ponen
de manifiesto la capacidad hispana para sorprender al mundo sea de la forma que
sea.
Por un lado, un grupo de científicos ha conseguido extraer
de un hueso humano hallado en la sima de Atapuerca, el ADN más antiguo del que
se tiene conocimiento. Ahí es nada, conocer las características genéticas de un
paisano nuestro que vivió hace la friolera de 400.000 años sin más pertrechos
que unas pieles de mamut, unas flechas y una acogedora cueva donde disfrutar de
una vida pobre, pero honrada. Eran otros tiempos, la organización social estaba
montada de otra manera.
La siguiente noticia es más moderna, de esas de actualidad
que les gusta airear a la prensa, un poquito nada más, no sea que se la lleve
el viento antes de exponerla. Resulta que España es, después de Siria, el
segundo país del mundo donde más ha aumentado la percepción de corrupción, que
dicho así, a bote pronto, resulta un pareado de lo más burdo y facilón. Sigue
uno buscando en la cueva mediática y encuentra con que el segundo problema que trae
de cabeza a los españoles es, precisamente, la dichosa corrupción.
Veamos ahora la forma de relacionar ambas informaciones: tenemos
muy buenos investigadores pero también tenemos mejores corruptos. Y como quiera
que la mayoría de esa corrupción proviene de cargos públicos, de esos que
eligen los habitantes de las cuevas cada cuatro años, la conclusión es que algo
ha fallado en el ADN de la clase política. Y que no ha debido de evolucionar lo
suficiente, o que lo ha hecho de forma diferente, o que ha mutado en algún otro
tipo de ADN que no concuerda en nada con el del resto de la tribu.
Si buscamos otro tipo de interpretaciones más científicas,
podemos ver como, mientras por un lado se producen grandes descubrimientos, por
otro siempre hay un listo que arrampla con lo que pille y los demás ahí se las
apañen, con las pieles de mamut y los bifaces chapelterronienses. Le eterna
dicotomía nacional. Conclusión: que dentro de un tiempo quienes tengan que
administrar los cuartos en este país sean sometidos a un estricto control
genético, incluyendo una extracción de ADN que, por supuesto, tenga los mismos
genomas que la extraída a ese paisano nuestro que hace 400.000 años campaba a
sus anchas en la Sierra de Atapuerca, viviendo en cuevas y cazando para
sobrevivir. Al menos, si se lo llevan, podremos decir que provienen de una
antiquísima familia que ya estaba aquí antes de que se empezaran a construir AVES
y firmar ERES. SALUD CHATOS Y CHATAS.
Salud, compa.
ResponderEliminarMe temo que el ADN de los políticos no es muy diferente del de resto de chatos y chatas. Mi análisis de estos asuntos es algo más que desalentador, y como no se me sujete un poco acabaré cayendo en la más pura misantropía. Que alguien haga algo, por Dios. Y por todos mis compañeros.