Dicen que hoy es el día mundial de la felicidad. Qué
alegría. Todo el mundo tendría derecho a ser feliz aunque sólo fuera un día al
año. Y aunque ése día no fuera hoy, cualquier otro valdría.
Claro que, cada uno tendría que hacerlo a su manera. Ahí es
donde entraría entonces el concepto de felicidad -en cuanto al de la elección
de los días mundiales de algo, ahí no entro-.
Uno puede ser feliz sacando a su perro a pasear por la
mañana. Berreando un gol de su equipo en el bar mientras todos se callan y
miran. Encontrando un billete arrugado de cinco euros en la cartera, entre
extractos de cuentas y extractos de
pagos. Uno puede ser feliz tirando la basura a las doce de la noche y después
dando un paseo solitario. También se puede ser feliz sin hacer nada, es la
felicidad más baja en calorías que existe, pero funciona. De muchas maneras se
puede ser feliz. Tantas como lo contrario. Y ojito con confundir ambos
conceptos. Aunque hay un truco muy fácil. La felicidad se la tiene que buscar
uno. Lo demás te viene a ti, como la caca de ese perro que pisas cuando paseas
solitario después de que tu equipo haya perdido y todos en el bar te lo hayan
restregado por los morros. Que se jodan. La felicidad, como concepto en sí, es
un soberano aburrimiento. Así que sólo queda esperar a que venga mañana y ver
qué día mundial es. ¿El día mundial del tedio? ¿El día mundial de los billetes
de cinco euros arrugados? ¿El día mundial de la nada?
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